Los compadres «zombis»

Lo que está pasando en nuestro país es como una pesadilla de la cual no podemos despertar, debido a que Morfeo nos tiene atrapados en una violenta oscuridad. Pero eso no es lo peor. Gran parte de la prensa extranjera (unos que solo ven con el ojo izquierdo y otros con pereza mental), se han sumado a una demoledora campaña, en la que solo se muestra un lado de la moneda: el triste y lamentable saldo de más de 50 muertos. Lo que no se muestra es cómo una protesta, que inicialmente se presentó como pacífica, se ha convertido en un ataque generalizado contra aeropuertos, centrales hidroeléctricas, sedes del poder judicial, del ministerio público, comisarías, bloqueo de carreteras, etc. Cuando se transmite una noticia de modo sesgado, y se distorsionan los hechos para lograrlo, se transita por la visión de una ideología caduca y al mismo tiempo viva, como un “zombi”. Y vaya que en nuestra región abundan los “zombis”.

En la reciente cumbre presidencial de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), se juntaron los compadres “zombis” Andrés Manuel López Obrador -AMLO- (virtualmente), Gustavo Petro, Alberto Fernández y Gabriel Boric, para lanzar un discurso que contiene una verdad a medias, que termina en una gran mentira sobre lo que realmente está ocurriendo en el Perú. En las siguientes líneas, compartiré algunos datos sobre cómo se comportan esos presidentes.

Mi cuate AMLO 

El periodismo en México es una actividad de altísimo riesgo. En el 2022 se asesinaron a por lo menos 17 periodistas. Ejercer esta profesión es más riesgosa que ser corresponsal de guerra en Ucrania. A ello se suma la absoluta impunidad que existe. Y, por supuesto, AMLO presume respetar la libertad de prensa y de expresión porque ha llevado a cabo más de mil conferencias, cuando lo único que aprecia es el pensamiento único, es decir, el suyo. Y, si tiene que recurrir a la mentira para ello, no ha dudado en hacerlo. Un lugar común entre los populistas (sean de izquierda o de derecha) es usar la mentira como instrumento de poder. AMLO ha realizado 87 mil afirmaciones falsas o sin respaldo alguno (según Spin-Taller de Comunicación Política, citado por Luis Antonio Espino) en casi tres años y medio en el poder (le quedan otros tres años para seguir esparciendo mentiras), versus las 30 mil mentiras expresadas por Donald Trump en sus cuatro años de gobierno.

En la cumbre de la CELAC, AMLO tuvo el descaro de pedir que en nuestro país hubiera elecciones “limpias y libres”, cuando en México ha lanzado una ofensiva para afectar la autonomía e independencia de los órganos electorales como el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral. Esto ha sido calificado con acierto como “la muerte prematura de la democracia mexicana” (Guillermo Valdez Castellanos en Letras Libres).

¿AMLO se preocupa por la extrema pobreza en México? Canceló el programa de asistencia “Prospera” (que, pese a sus defectos, logró aumentar el tiempo de permanencia en la educación, mejoras en salud y nutrición) y lo sustituyó por un limitado programa de becas, eliminando los componentes de salud y nutrición. El daño a los más pobres ha sido más que evidente (Máximo Ernesto Jaramillo-Molina).

Veamos cómo está México en materia de seguridad pública. La tasa de homicidios es cuatro veces superior al promedio del mundo (Carlos Matienzo). En México, durante los primeros cuatro años de AMLO, se han producido en promedio 100 asesinatos diarios; el crimen organizado se ha expandido, trayendo esto, como consecuencia, el incremento de los niveles de corrupción por la captura de las instituciones estatales por parte de las bandas criminales (Guillermo Valdez Castellanos). Pero lo más peligroso para la democracia es la política de AMLO de militarizar su país, con graves consecuencias por la desinstitucionalización de las fuerzas armadas. Lo que ha logrado AMLO es que las fuerzas armadas tengan un nuevo rol en materia de políticas públicas, afectándose la subordinación al poder civil.

La lista es interminable, sin embargo, hay un tema muy grave referido al uso de determinadas figuras procesales como la “prisión preventiva oficiosa o automática” para cometer abusos y arbitrariedades. Inicialmente esta figura estuvo diseñada para combatir el crimen organizado; sin embargo, se amplió el catálogo de delitos incluyendo dentro de su alcance a la evasión tributaria, corrupción y delitos electorales. Entonces, bastaba que se diera una simple acusación por esos delitos para que una persona, sin juicio previo, fuera presa por tiempo indefinido. De esa manera, AMLO logró callar y atemorizar a empresarios y políticos de oposición. Felizmente, recientemente, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha determinado que la figura de la “prisión preventiva oficiosa o automática” es contraria a la Convención Americana sobre Derechos Humanos y ha ordenado al estado mexicano modificar su legislación interna. La gran pregunta es si AMLO cumplirá esta decisión de la referida corte internacional.

Camarada Petro

Mientras el presidente Petro sale en defensa de Pedro Castillo, diciendo que éste ha sido detenido sin “sentencia de juez penal”, y que en el Perú es manifiesta la violación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; como buen izquierdista, fiel a su doble estándar, se reúne y reestablece relaciones con la dictadura que impera en Venezuela.

Como acto de “buena vecindad”, le ofrece a Maduro revertir la denuncia que se presentó ante la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad y, al mismo tiempo, demagógicamente, lo invita para que regrese al sistema interamericano de derechos humanos (Corte IDH y Comisión IDH). El mismo día del encuentro entre Petro y Maduro, el fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan, solicitó reanudar las investigaciones por la comisión de crímenes de lesa humanidad en Venezuela (The Washington Post).

Las graves violaciones a los derechos humanos en Venezuela no tienen importancia. Lo importante es legitimar al autócrata de Maduro. Veamos algunos datos escalofriantes (2014 -2020) que Petro quiere soslayar:

–          Asesinatos: 18,093 cometidos por las fuerzas de seguridad venezolanas y grupos paramilitares protegidos por el gobierno de Venezuela.

–          Torturas: 653 casos documentados.

–          Detenciones arbitrarias: 15,501.

–          Desaparición forzada de personas: 724, solo entre 2018 y 2019.

–          Violación sexual: 192 casos de agresiones sexuales y violación de detenidos.

–          Persecución: negación de alimentos y detención sanitaria a quien sea identificado como opositor al régimen.

Así, mientras Petro hace las paces con un investigado por crímenes de lesa humanidad, del otro lado defiende al golpista frustrado Pedro Castillo, acusando al Perú de violar la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y justificando el uso de la violencia como acto válido para imponer una agenda política.

Compadre Fernández

Si hay algo que un populista no tolera (sea de izquierda o de derecha) son las cortes autónomas. No toleran que los jueces controlen los actos de gobierno y, por supuesto, son irrespetuosos de las decisiones judiciales.

Conocido es el proceso judicial que se sigue en la Argentina a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner por los delitos de corrupción. Y también son conocidos los ataques al fiscal y a los jueces encargados del caso. Entonces hay que intentar controlar al sistema de justicia.

Fernández y su vicepresidenta Cristina pretendieron reformar a la justicia federal para quitarle poder a los jueces en los juzgamientos de casos por corrupción. Lo más grave es que, además, quisieron “reformar” la corte suprema, incrementando a 15 el número de jueces (en la actualidad tiene 5 miembros), para buscar la designación de “jueces amigos” ante una eventual condena por corrupción a doña Cristina.

El último ataque al sistema de justicia se dio a causa de una decisión de la corte suprema que ordenó al gobierno restituir parte del presupuesto indebidamente recortado a la ciudad de Buenos Aires. ¿Cuál fue la reacción? Pues, el anuncio de una acusación constitucional (juicio político) en contra de los jueces supremos, por la causal de “mal desempeño en sus funciones”. O sea, si no me gustan tus decisiones, buscaré tu destitución.

En materia de derechos humanos, Fernández también deja mucho que desear. Al referirse a que el “problema” de los derechos humanos en Venezuela “poco a poco fue desapareciendo”. Claro, tiene razón, Maduro ha estado resolviendo el problema, desapareciendo realmente (poco a poco) a quienes osaron protestar en su contra.

Mi yunta Boric

Según el EIU Democracy Index 2022, en nuestra región solo tres países tienen la categoría de “full democracies”: Chile, Uruguay y Costa Rica. El tema es si, con el gobierno de Boric, Chile podrá seguir manteniéndose como una democracia cabal.

Boric empezó su gobierno con un 53% de aceptación y, a nueve meses de gestión, su nivel de aceptación solo alcanza el 29%, llegando el de desaprobación a un 63%. Lo más triste es que el 72% de los encuestados siente que su país va por mal camino (según Cadem). Ese es el nivel de legitimidad con el que cuenta Boric, sin haber cumplido un año de mandato.

En ese corto tiempo, al igual que sus compadres zombis, Boric también ha mostrado desprecio por las decisiones judiciales. Hizo realidad una de sus promesas electorales de indultar a los denominados presos del estallido social. Mediante un comunicado de prensa, el ejecutivo chileno informó que el presidente había indultado a 11 personas. Entre ellos, inmediatamente resaltó Jorge Mateluna, de 48 años, personaje que no participó de las protestas callejeras porque estaba preso.

Boric justificó la liberación de Mateluna diciendo que hubo irregularidades en el proceso judicial. y que la valoración de la prueba no estuvo a la “altura de la justicia”. Ante tales declaraciones, la Corte Suprema le respondió: “Ni el presidente de la República, ni el congreso pueden, en caso alguno, ejercer funciones judiciales, avocarse a causas pendientes, revisar los fundamentos o contenidos de sus resoluciones o hacer revivir procesos fenecidos”.

¿Quién es Jorge Mateluna? Se le califica como “exguerrillero”, quien siendo adolescente se enroló en las Juventudes Comunistas. Luego se hizo militante del llamado Frente Patriótico Manuel Rodríguez (organización de extrema izquierda). Con solo dieciocho años fue detenido por asalto, en el que murió un guardia. El presidente Lagos (socialista) lo indultó. En el 2013, fue detenido por asalto a un banco y condenado finalmente por ese delito. Luego, Boric lo indulta por segunda vez.

En los hechos, Boric le dio una amnistía (el olvido del grave delito cometido). Liberó a “un camarada”, y usó indebidamente su poder presidencial para dejar en libertad a alguien que comulga con su ideología.

¿Con qué autoridad moral pretende Boric juzgar lo que está pasando en nuestro país?

Esos son nuestros vecinos, los compadres zombis, que nos juzgan sin compasión alguna. Y, no tienen ningún reparo en traicionar a su “compañera” de izquierda, Dina Boluarte, con tal de lograr sus objetivos políticos en la región.

Adrián Simons Pino

Febrero 2023

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